La vitamina D3 ayuda al cuerpo a absorber el calcio y el fósforo, esenciales para mantener huesos y dientes fuertes. Previene enfermedades como la osteoporosis y el raquitismo.
Refuerza el sistema inmunológico, ayudando al cuerpo a combatir infecciones y enfermedades. Algunos estudios sugieren que niveles adecuados de vitamina D3 pueden reducir el riesgo de infecciones respiratorias.
Contribuye al buen funcionamiento de los músculos, lo que es importante para la movilidad y la prevención de caídas, especialmente en personas mayores.
Puede ayudar a regular la presión arterial y a mantener la salud del corazón, aunque se sigue investigando más sobre este efecto.